sábado, 24 de julio de 2010

DIARIO DE CIELO Y MAR











Cada día. Todos los días, cielo y mar. Mar y cielo. Los azules meciendo el ir y venir de las olas, el ir y venir de los días.
Cada día, todos los días, pasean, contemplan, nadan, observan, juegan, rezan, entre el mar y el cielo. La relación íntima de cada uno de ellos con esa naturaleza cotidiana y salvaje, conocida e imprevista, se forja en la costumbre. Bajar a la playa, oler el horizonte, medir las olas, sentir el sol o su ausencia, la arena o la roca bajo los pies descalzos, la lluvia en el pelo, las manos arrugadas. Caricia y vendaval. Tormenta y quietud. Serenidad, revolución y vuelta de nuevo.
El poeta Juan Ramón Jiménez quiso cambiar el nombre de su Diario de un poeta recién casado, porque creía que ese título sugería que era un libro de poemas de amor, cuando lo que él había escrito era un auténtico diario de su viaje en barco a Nueva York, de la relación que se crea entre el hombre que no tiene más horizonte, durante días, que el cielo y el mar. Pensó en Diario de poeta y mar.
“Diario de cielo y mar” es el relato cotidiano de todas esas gentes que, cada día, todos los días, eligen mirar el azul. A veces desde la orilla, mojándose tímidamente los pies, en un paseo que es ya parte de ellos mismos; otras, internándose en el oleaje, perdiéndose en la inmensidad hasta convertirse en lejanos puntitos negros.
Encontrarse con el mar forma parte de su vida, de su tiempo libre, de sus hábitos. Es alegría y consuelo, atracción y misterio, reto, pelea y, de nuevo, paz y calma. El mar, cada día, les regala un horizonte nuevo, que se abre ante ellos como una promesa de eternidad.


Inauguramos, hoy día 24 de julio a las 19 horas, exposición de Jose Calvo. Estará hasta el 22 de agosto

No hay comentarios: