viernes, 1 de agosto de 2008

Aviraneta

Sí, Eugenio, el de Baroja; pero esta vez va de javieres - tan queridos y especiales -. El caso es que Javier Martínez me recomendó que cuando fuera a Madrid me acercara a ver a Javier, el de Aviraneta, la librería de San Bernardo 128, al lado de Quevedo. Un librero, soñador y realista a un tiempo, al que me hubiera quedado a escuchar días y días. Me enseñó más del oficio en dos horas de "práctica" y charla, que muchos de los consejos agoreros que he tenido que oir en estos meses. A pesar del baño de realidad - lo bueno ya lo sabes, si no, no te harías librera - no podía evitar el entusiasmo desbordando por sus ojos brillantes y vivos. Qué gusto encontrar personas tan generosas, tan dispuestas a ofrecer lo que son y lo que tienen.

2 comentarios:

Lengua y Literatura dijo...

Seguro que el avinareto pensó lo mismo de ti
Por cierto, ha muerto Leopoldo Alas, que tú me descubriste. Te dejo un enlace con algunos de sus poemas:
http://www.olifante.com/alas/
Ánimo, Zalacaína la aventurera, que esta aventura es de las buenismas.
Muchos besicos.

Anónimo dijo...

pronto hablaremos de Alborayque y la biblioteca de Barcarrota