Alborayque es la castellanización sarcástica de Al - Buraq, el nombre de la montura que guió a Mahoma hasta el Séptimo Cielo y que era la mezcla de muchos animales distintos. Alborayque es también el nombre de la Revista de la Biblioteca de Extremadura y el título de un librito para escarnio de judíos conversos que se encontró en 1992. La historia de ese descubrimiento es apasionante, ya no sólo para los filólogos y bibliófilos, sino para cualquier lector amante de los misterios y las buenas historias sobre libros ignotos:
Sucedió en Barcarrota, Badajoz, cuando en casa de los Peñaranda decidieron hacer unas reformas y encontraron, al derribar un muro, un auténtico tesoro. La que se ha dado en llamar la Biblioteca de Barcarrota contiene, nada más y nada menos, la Lingua y De Vitiosa Verecundia de Erasmo, el manuscrito de la Cazzaria, la Oración de la Emparedada, el Lazarillo de Medina del Campo, el Alborayque llerenense y las Quiromancias de Tricaso entre otras joyas. Dados los títulos nombrados y la datación de todos ellos, siglo XVI, las especulaciones sobre el escondite y su historia no se han hecho esperar y los muchos estudios sobre el origen y circunstancias de esta Biblioteca aparecen precisamente en esta revista de la BIEX, llamada Alborayque.
Claro que, de todos los encontrados, es el ejemplar único de la edición de Medina del Campo de 1554 del Lazarillo, impresa por Mateo y Francisco del Canto, el descubrimiento más sobresaliente. Su emparedamiento, su condición de ejemplar único, su encuadernación, son datos que han llevado a los investigadores a localizar al dueño de este legado: Francisco de Peñaranda, que abandona su casa en 1557, médico de Llerena, judío. Y, por supuesto, las líneas de investigación sobre la autoría del Lazarillo siguen abiertas: ¿Alfonso de Valdés? ¿Luis Vives?
Sucedió en Barcarrota, Badajoz, cuando en casa de los Peñaranda decidieron hacer unas reformas y encontraron, al derribar un muro, un auténtico tesoro. La que se ha dado en llamar la Biblioteca de Barcarrota contiene, nada más y nada menos, la Lingua y De Vitiosa Verecundia de Erasmo, el manuscrito de la Cazzaria, la Oración de la Emparedada, el Lazarillo de Medina del Campo, el Alborayque llerenense y las Quiromancias de Tricaso entre otras joyas. Dados los títulos nombrados y la datación de todos ellos, siglo XVI, las especulaciones sobre el escondite y su historia no se han hecho esperar y los muchos estudios sobre el origen y circunstancias de esta Biblioteca aparecen precisamente en esta revista de la BIEX, llamada Alborayque.
Claro que, de todos los encontrados, es el ejemplar único de la edición de Medina del Campo de 1554 del Lazarillo, impresa por Mateo y Francisco del Canto, el descubrimiento más sobresaliente. Su emparedamiento, su condición de ejemplar único, su encuadernación, son datos que han llevado a los investigadores a localizar al dueño de este legado: Francisco de Peñaranda, que abandona su casa en 1557, médico de Llerena, judío. Y, por supuesto, las líneas de investigación sobre la autoría del Lazarillo siguen abiertas: ¿Alfonso de Valdés? ¿Luis Vives?
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