Según todos los expertos, el sábado iba a llegar a Benasque la tormenta perfecta...pero no. Los lugareños miraban por la ventana y, una vez más, movían la cabeza, escépticos, ante los augurios de un mal tiempo que se transformó el domingo en un día primaveral. Los aludes, el viento del norte, "les turberes", forman parte del invierno pirenaico y no hay que asustarse. Como no se asustaron los valientes lectores que, a pesar del agua y el frío, se acercaron ayer a El Estudiet a su club de lectura.
Como ya anunciamos, el libro elegido para esta tarde era Pájaros de América, de Lorrie Moore. La tertulia fue estupenda y propició el que salieran muchos temas interesantes. La forma de escribir de esta autora norteamericana había sorprendido gratamente a casi todos. Sus historias de gente corriente, narradas con un humor muy personal, nos llevaron a hablar de personajes con los que resulta fácil identificarse porque, aunque la cultura norteamericana marca profundamente la estética de los relatos, reflejan situaciones, emociones, inquietudes, que son universales. Cuestiones tan humanas, y tan desbordantes a la vez, como la identidad, las falsas expectativas, los proyectos de vida frustrados esperando contentar a todos menos a uno mismo, el desconcierto ante la enfermedad o la muerte, la aparente normalidad y lo excepcional que no lo es tanto, fueron desgranándose en la tarde invernal. Por otra parte, el lenguaje cortado, austero, cinematográfico y visual de la autora también fue motivo de comentario. La ausencia de descripciones morosas, de adjetivos innecesarios, los finales resueltos con brillantez, se relacionan fácilmente con referencias inevitables, como la de Raymond Carver y todo una generación de escritores norteamericanos ligados a un realismo crudo y mordaz, no ausente de poesía y lirismo. Está claro que la elección del relato corto como género, da la medida exacta del tempo de estas historias, fruto de una voz femenina y poderosa como la de Lorrie Moore.
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